REPARACIONES A EX PRESOS POLITICOS : UN
INFUNDIO
Sr. Director:
En la edición del 12 de este mes, apareció una
nota del Sr. Raúl Ronzoni titulada ‘’Cárcel y dolor por error judicial ‘’. En
esta nota se menciona las reparaciones que reciben los ex presos políticos de
Uruguay, considerándolas como de ‘’primera’’. En ediciones posteriores en
Cartas al Director, opinan sobre este asunto el mismo Sr. Ronzoni, CRYSOL y la
Sra. Graziella Pastorino.
Quien suscribe esta carta estuvo preso durante
más de una década por razones políticas. Mi historia laboral contabiliza más de
40 años de trabajo y aportes. Mi edad es superior a los 60 años. Podría
jubilarme, pero, como percibo una pensión reparatoria no puedo hacerlo. La Ley
18.033 me obligó a renunciar a mi legítima jubilación. Si muero, también esta
Ley obliga a renunciar a su jubilación a mi cónyuge, para poder percibir el 66%
de pensión de sobrevivencia.
Esta misma Ley, otorga a los exiliados una
Jubilación especial de unos 12 mil pesos pero, también deben renunciar a su
jubilación si optan por percibirla.
Las víctimas de
la Dictadura, financian su propia reparación. En el caso de los exiliados el
Estado no pone un peso y en el caso de los ex presos políticos el Estado aporta
solamente entre 5 y 8 mil pesos mensuales, según el caso. El resto del monto
para financiar la pensión reparatoria, proviene de las jubilaciones
conculcadas, que no se pagan.
Aclaro además, que no todos los ex presos
políticos pueden cobrar la pensión reparatoria. Omito explicar porqué, para no
alargar demasiado esta carta.
Yo no sé quienes y con qué intenciones
pusieron a rodar este infundio acerca de que estas reparaciones constituyen una
exageración y alguna especie de privilegio. No quiero ser suspicaz.
Se está
polemizando acerca de algo que no existe. No hay tal privilegio. No hay ex
presos de primera. No hay dispendiosidad alguna.
Por si los lectores, consideran que mi opinión
es inexacta me remito a recientes pronunciamientos a este respecto de la
Institución Nacional de DDHH y a la del relator especial de la ONU Pablo de
Greiff.
Recientemente el Congreso argentino aprobó una
Ley Reparatoria para ex presos políticos, otorgando una pensión que no obliga a
los que se acojan a ella a renunciar a sus legítimas jubilaciones. Además
concede hasta un aguinaldo anual.
Otro aspecto del que nunca se habla y no fue
tenido en cuenta, es el del robo y saqueo sistemático de bienes muebles, inmuebles
y pertenencias personales de los detenidos bajo sospecha durante el período
dictatorial.
Capítulo aparte merecería, la Ley Reparatoria
18.596 que otorga una indemnización a quienes en la tortura sufrieron Lesiones
Gravísimas. La Ley se aprobó a 30 años de ocasionadas estas lesiones siendo , -
y es una cosa de mero sentido común -, que los que habían experimentado estas
lesiones ya estaban muertos hace rato. Los muertos no pueden reclamar ni sus familiares tampoco.
Mas del 60 % de los ex presos políticos han
fallecido sin reparación alguna.
En nuestro país y en todo el globo terráqueo
no hay prácticamente nadie que se pronuncie en contra de las reparaciones en
caso de violaciones de DDHH en un marco de Terrorismo de Estado. El Derecho
Internacional Humanitario lo consagra universalmente así.
En nuestro país la Ley 18.033 fue votada por
todos los partidos políticos.
En las décadas del 60 y 70, se entronizaron
dictaduras en casi todo nuestro continente. No conozco ningún historiador
serio, que al día de hoy, sostenga que esos golpes de estado fueron ocasionados
por guerrilla alguna. Fueron producto de un plan, de unos intereses perversos.
Cuando el Golpe de Estado en nuestro país el
movimiento tupamaro estaba ya desarticulado.
La amplia mayoría de los proscritos y
perseguidos por nuestra dictadura no habían tocado un arma en toda su vida, ni
para ir de caza. La Dictadura fue un desborde de paranoia, de irracionalidad.
Llegaron a vigilar hasta las reuniones de
Directiva del Club Peñarol y de la Asociación de Carniceros.
Para terminar esta carta recordaré un caso
digno de los Borgia. El intento de asesinato, mediante vino envenenado de
Lacalle, Carlos Julio Pereyra y Mario Heber. Un caso de maldad infinita.
Fallece Cecilia, la mamá de Luis Alberto Heber. ¿ Acaso estos ciudadanos eran
tupamaros, guerrilleros extremistas?...( y aunque lo fueran).
Cientos, miles de casos de arbitrariedad y
prepotencia.
Ahora recuerdo que este propio semanario
padeció más de una vez la censura de prensa.
Espero no haber agraviado a nadie de quienes
han participado de este intercambio.
Confío haber aclarado que las reparaciones
vigentes para ex presos políticos no son exageradas y no entrañan privilegio
alguno. Es más, exhorto a todos los Partidos Políticos, que votaron la Ley
18.033, que accedan a modificarla para corregir sus injusticias.
Juan Miguel
García Lamas
POR UNA VERDADERA LEY REPARATORIA PARA LOS EX -PRESOS POLÍTICOS Y EXILIADOS, NO LA 18033 QUE IMPIDE TRABAJAR O JUBILARSE